“Don’t
overlook the oily little fishes” Michael Pollan
Para empezar con esto de las recetas y siguiendo las
premisas que les conté ayer de cocinar lo que hay, les voy a pasar una cena que
hice el otro día, fue fácil, barata y de lo más sana. Y estaba buenísima.
Escogí los pimientos rojos por vanidad y sabor, me parecen
de lo más lindos y me gusta su sabor dulce, pero podrían ser sustituidos por
cualquier otro tipo, o incluso chiles anchos.
Las sardinas tienen muchas ventajas, la primera es la
nutricional, todas las cosas buenas que quieres en la comida las tienen las sardinas;
todas las proteínas, todo el omega 3, todas las vitaminas, (sobre todo B y D) y
todos esos requisitos postmodernos con los que tenemos que cumplir. Además de ser
muy baratas y las de esta receta, por ser enlatadas, están cocinadas, así que
más puntos a las sardinas. *
*No soy nutrióloga ni nada similar por eso de ninguna manera
me atrevería a dar cantidades o verdades en este tema.
Lo que necesitas:
Porción para dos personas:
·
2 pimientos rojos
·
1 lata de sardinas en jitomate (425g, 300g
drenados)
·
1 diente de ajo
·
100 gramos de queso**
·
Aceite de oliva
Lo primero que hay que hacer es lavar los pimientos y
ponerlos en el comal, la idea es asarlos por completo, por un lado para que se
cocinen y por otro para pelarlos. Esto toma un rato así que hay que hacerlo
antes. Pero no hay que descuidarlos del todo porque hay que darles vueltas para
que se asen de todos lados.
Cuanto estén
completamente asados los pelamos abajo del chorro de agua fría, debe ser muy
sencillo, les quitamos la tapa y los vaciamos.
Para las sardinas; picamos muy bien el diente de ajo, y por
el otro lado las sardinas. Como están cocidas no hay que ser muy minuciosos. Echamos el ajo a un sartén caliente con un poco de aceite
de oliva, hay que revolverlo para que no se queme, cuando esté dorado echamos
las sardinas picadas y revolvemos bien para sofreírlo. Después ponemos la salsa
de tomate que quedó de las sardinas, y por último el queso. (La cantidad de
queso depende de cada quien*). Hay que revolverlo bien para que se derrita todo
el queso, mientras lo probamos de sal y le echamos un poco de pimienta.
Cuando esta mezcla esté lista simplemente rellenamos los
pimientos.
Si tienen la fortuna de tener un pinche de cocina como el
mío, también estará muy agradecido con la cena.
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